ICF define el coaching como asociarse con clientes en un proceso creativo y estimulante que los inspira a maximizar su potencial personal y profesional. El coaching es un proceso impulsado por el cliente. La responsabilidad del coach es:

• Descubrir, aclarar y alinearse con lo que el cliente quiere lograr

• Fomentar el autodescubrimiento del cliente

• Obtener soluciones y estrategias generadas por el cliente.

• Hacer responsable al cliente

El proceso de coaching ayuda a los clientes a mejorar su perspectiva sobre el trabajo y la vida, al mismo tiempo que mejoran sus habilidades de liderazgo y liberan su potencial.

El coach te apoya brindándote aliento y un espacio seguro para la exploración.

Te ayudan a clarificar tus metas, identificar obstáculos y desarrollar estrategias para superarlos.

También te desafían a pensar de manera diferente, explorar nuevas perspectivas y tomar acción hacia tus aspiraciones.

Además, te ofrecen responsabilidad para ayudarte a mantener el rumbo y alcanzar tus objetivos.

En resumen, el papel del coach es empoderarte para que puedas desbloquear tu potencial y alcanzar los resultados deseados.

Siempre hacemos esto sin juzgar, dar consejos y asegurando total confidencialidad.

El proceso de coaching consta de varias sesiones. Comienza con un objetivo/meta y finaliza cuando lo logras (o creas los pasos para alcanzarlo).

Durante las sesiones, nos enfocamos en las acciones que te llevarán a cumplir tu objetivo. Siempre trabajamos desde el presente hacia el futuro.

*Nuestras principales herramientas son las conversaciones estructuradas y tus respuestas a preguntas poderosas.

He tenido el privilegio de trabajar con una amplia gama de personas, de diferentes orígenes, edades y ocupaciones.

Si alguien es similar a mí o no realmente no importa. ¡Lo que realmente cuenta es ser efectivo en el coaching!

Si durante nuestras conversaciones no entiendo completamente algo o paso por alto un detalle importante, me aseguraré de pedir clarificación, y si no lo hago, siempre puedes avisarme.

Hacer preguntas, incluso si son solo para aclarar, puede generar nuevas ideas y ayudarte a crear planes de acción para acercarte más a tus objetivos.

El coaching profesional se centra en establecer objetivos, crear resultados y gestionar el cambio personal.

El coaching no es terapia: La terapia se ocupa de trabajar el dolor, la disfunción y el conflicto dentro de un individuo o en las relaciones. A menudo, la atención se centra en resolver las dificultades que surgen del pasado y que obstaculizan el funcionamiento emocional de un individuo en el presente, mejorar el funcionamiento psicológico general y afrontar el presente de maneras más emocionalmente saludables. El coaching, por otro lado, apoya el crecimiento personal y profesional basado en el cambio iniciado por uno mismo en la búsqueda de resultados procesables específicos. El coaching se centra en el futuro y la relación de coaching enfatiza la acción, la responsabilidad y el seguimiento.

El coaching no es una mentoría: Un mentor es un experto que brinda sabiduría y orientación basándose en su propia experiencia. La mentoría puede incluir asesoramiento, consejería y coaching. El proceso de coaching no incluye asesoramiento ni consejería, sino que se centra en que individuos o grupos establezcan y alcancen sus propios objetivos.

El coaching no es una consultoria: individuos u organizaciones contratan consultores por su experiencia. Si bien los enfoques de consultoría varían ampliamente, se supone que el consultor diagnosticará los problemas y prescribirá y, a veces, implementará soluciones. En el coaching, se parte del supuesto de que los individuos o los equipos son capaces de generar sus propias soluciones, y el coach proporciona enfoques y marcos de apoyo basados en el descubrimiento.

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